críticas
 

  Las composiciones así como los tonos son esenciales, que yo diría casi tenues, pero no es la excepción. Tal vez precisamente por eso, la seguridad del trazo que lo domina  afecta la delicadeza con la que la artista trabaja con pinceles.
NALDA MURA - Il Corriere del Pomeriggio - 8 de mayo de 1967

  La sugerencia del color y la luz nacen de un modo íntimo, que siempre están ligados al espíritu de la artista, atenta para percibir las imágenes sugestivas de la vida cotidiana, que van desde la delicadeza de las flores hasta las variadas figuras femeninas con absoluta realidad y finura .
SILVIO RIOLFO - (de la presentación) 2 de junio de 1970

  Maria Rosa Scerbo, al modo del Renacimiento, ha aprendido las "bases" de la poesía viva en los laboratorios  de Albisola, de los artesanos más ancianos, tal como sucedió en las "tiendas" de artistas del 300 al 500 cuando Italia consiguió su cumbre. Pero hay algo que aprendió como autodidacta, y que básicamente, poseía casi desde la infancia: el diseño  fuerte y vigoroso. Este es su punto fuerte en su vocación de diseñadora. Y esto es lo que desde joven, tiende a distinguirla de otros muchos alfareros: la inclinación de no apostar en motivos decorativos y ni siquiera en el paisaje, pero si sobre la figura humana y el rostro humano, a menudo en grandes placas, retratos reales. El plato se transforma en el marco, así la adopción de la técnica de la "hoja", fresca molida.
ALDO CAPASSO (de la presentación) 28 de julio de 1978

   Hace muchos años que conozco la pintura de Mariarosa Scerbo y debo admitir que el tramo original de las líneas y los colores de sus cuadros siempre me han impactado. Son rasgos que se colocan delante de los ojos en su sencillez y esencia: las líneas dibujadas de manera aguda, son signo de la herida profunda por el sufrimiento, que se hace eco al drama cósmico de un mundo que se destruye a sí mismo. Si a todo esto  le agregamos las líneas de alto color el drama de la existencia parece no tener aliento.
A pesar de toda Scerbo cree en la vida. La continua sucesión de su maternidad, observando con preocupación el destino de la existencia, no distiende su abrazo a la vida, cada vez más apasionado y estrecho.
GIOVANNI FARRIS (de la presentación) 24 de marzo de 2007

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